Mudrá, menos es más

A Vida toma parte en el interiorismo de Mudrá, un minimalista restaurante “plant-based” en el corazón de Madrid

Sosiego. Sobriedad. Sencillez. Sofisticación. Estos son los pilares fundamentales sobre los que se sustenta Mudrá, un particular espacio gastronómico que se desenvuelve a medio camino entre el plano físico y el espiritual.

Su nombre proviene de los ascéticos universos del budismo y del hinduismo, haciendo referencia al gesto simbólico de las manos que propicia la canalización de la energía de aquellos capaces de sentirla. Una energía que se traduce, en este caso, en paz, armonía y sabor.

Situado en la céntrica calle Recoletos, en Madrid, Mudrá encuentra en lo elemental la receta perfecta para presentar su continente. Un continente único que se debe al contenido que alberga. Uno muy cuidado y que, a su vez, cuida de quien tiene la suerte de disfrutarlo.

Su filosofía «plant-based» vertebra todos y cada uno de los aspectos de su propuesta experiencial, haciendo hincapié en el respeto por la salud y el bienestar de los comensales, pero también del planeta. En consecuencia, el interiorismo del lugar debía construirse alrededor de esta forma tan especial de pensar.

Teniendo en mente este objetivo, era cuestión de tiempo que los caminos de Mudrá y A Vida confluyesen. Así, nuestros equipos especializados en el ámbito de la hostelería se encargaron de diseñar y materializar exclusivas piezas de mueblería para la ocasión. Elementos que refuerzan la particular atmósfera de este templo culinario.

La simplicidad es la máxima sofisticación

Geometrías limpias. Volúmenes esenciales. Texturas pulcras. Colores análogos. Distanciándose de lo complejo y lo artificioso, el espacio en el que se desenvuelve Mudrá es inteligentemente simple.

Pero, al mismo tiempo, da cobijo a una complejidad que lo convierte en un lugar ameno y acogedor. La singular disposición de elementos, conjugada con un tratamiento de la luz único propicia que la presencia de cada pieza cobre una relevancia irrenunciable.

Entre ellas se encuentra, por ejemplo, el conjunto conformado por la mesa circular y los cuatro apoyos de uno de los comedores. De texturas desnudas y tonalidades rosáceas, estas piezas de mobiliario combinan funcionalidad y disfrute estético a la perfección. Puro A Vida.

Su creativo uso de las formas más básicas edifica un universo único. Una dimensión con la capacidad de vislumbrar un concepto de futuro indistinguible, pero que, al mismo tiempo, permanece anclado en la cercanía. En lo acogedor. En lo natural.

Mudrá se corresponde, en definitiva, con un genuino viaje experiencial entre mundos. Con una vuelta al origen de las cosas desde una perspectiva rabiosamente contemporánea.

Mesas en el comedor del restaurante madrileño Mudrá